LA PAZ RAQUEL

Hoy compré
la paz de un sólo día
y estoy tan ancho,
tan pleno, tan ligero,
que la luz ondula
en la mirada,
se place en mi cuerpo.
Hoy compré
la paz en una esquina
(¡LOTERO!)
y este gris que traía desde lejos,
se esfumó así
de un sólo tajo
y perdí la esperanza
que tenía de morirnos
y perdí el temor
al negocio de los féretros.
Tengo tanta plata, Raquel,
que compré la parálisis de Juana,
las frustraciones de Roberto,
y tu hijo
no volverá a beber
la fatiga y la tristeza
antes que los juegos.
Por Dios, tengo tanta plata
que olvidé esta paz color violeta,
la misma que adormece
en la anemia de tu hermana,
la misma sorda y muda
al hambre de don Pedro.
al hambre de don Pedro.
La misma, Raquel, la misma
que escribe PAX así cruzada,
con sangre, dominio, armisticio.
Hoy compré
la paz de un sólo día
para que la PAZZZ
así, con ZETA,
con los brazos bien abiertos,
divague por la piel,
cosquillee por el cuerpo.

LA LLAVE

La llave de la puerta de mi casa
tiene los dientes gastados, casi ausentes,
un pálido rostro trasnochado
y un ojo redondamente triste
que me mira con la ternura arrugada de mi madre.

Yo la llevo colgada de una oreja,
ceñida al pantalón, de nariguera;
salto la tapia del patio de Feliza,
trepo como gato a los tejados
a tapar las goteras que humedecen
sus párpados de esperma cuando duerme;
la hago bailar sobre una teja,
señalar mi número de suerte,
así no más sea para salir de vez en cuando
a especular con las féminas caderas
erotizados de tedio por las calles.
Yo la llevo siempre cerca,
ternura arrugadamente triste,
pues en ese más acá que nos buscamos
el infinito es una puerta que se pierde.

Llevo la llave siempre mía,
hasta el día en que la puerta de mi casa
se abra hacia el asombro de la muerte.

NO VAYA USTED

No vaya usted a creer
que el hígado me duele
por esa boca suya esquiva,
por esas suyas manos tan distantes,
por el filo de ese suyo "no me importa"
que rasgó las cortinas de mi casa
para que mis ojos salgan a buscarle.

No vaya usted a creer
que por esa caricia suya tan pensada,
por esa sed que usted se traga,
se pueda importunar mi vida
de gratuito y fino amante,
tan dardo en los propósitos,
tan abierto a los dados de la noche.

No vaya usted a creer,
así no más, que usted
pueda importunar mi joven hígado
con esa su sonrisa alegre y clara,
con esos suyos gestos como el traje,
con esa rosa seducción,
suya flor en que se esconde.

No vaya usted a creer
que por este amor espina,
-relámpago sin noche-
guarde algún recelo,
prepare algún vinagre;
ni vaya usted a pensar
que al menoy hoy, pudiera odiarle.

HACIA USTED VOY

Hacia usted voy, delgada niña,
a pasos largos, con cierta prisa,
hacia usted voy, absorto y pálido,
con un ligero tremolar de cita.
Hacia usted voy, puedo mirarlo
en sus ojos infondos, en sus ojos lagunas.

Hacia usted voy, bullente asobro,
transido de sueños,
cosquilloso de dicha.
Hacia usted voy, todo de un pálpito
que irrumpe de antes, irrumpe de lejos,
de la primer mañana,
de la primera tarde,
de la primera luna.

Hacia usted voy, delgada niña,
a pasos largos, con cierta prisa;
puedo mirarlo en sus ojos infondos,
en su atávico cuerpo con greda esparcida,
en sus pechos abiertos olorosos a selva.
Hacia usted voy, montaña, arcilla,
porque viene de lejos, de la primera hembra,
a tupir la noche con estrellas furtivas.

GATO EN EL TEJADO

Hace tanto un tiempo
que te busco un "yo te amo",
hace un tanto yo pretendo
escuchar avaros labios,
hace un tanto que requiero
caricias tuyas, gamuza canto;
así erizadamente suave
tal tuyas blancas manos
por el lomo adormecido de algún gato.

Talvez por eso mismo,
por llamar a tus cuidados,
me hallo entristecido,
maúllo en los tejados,
me asomo a tus ventanas,
exhibo cuerpo lánguido,
como si yo fuera no la cosa,
como si yo nada nunca hago;
para ver si un poco aflojas,
si acaso escondes tus reparos,
entresacas las caderas
- cántaros de fuego inusitado -
y me miras con las lunas de tus ojos
y te acercas de una vez hasta mis pálpitos.

ISISOLO

Señora noche,
señora búfala;
con esto que sufre,
con esto que ríe,
con esto que llora;
he de preguntarme
si este suyo adiós adiós
acaso sea adiós
adiós adiós ¡A DIOS!

¿ i qué será
sin víspera por verle?
¿i la una mano rosa
i la otra espina?

i por qué no he de preguntarme
si acaso sea un S.O.S.,
un SOS vos a quien yo quiero,
un SOS tambor espanto,
un SOS amor y miedo?

De amor loco por verle...
...i si llega...¡rasss!
i si llega...¡rasss!
¡i si llegarasss!

¿i si los cuerpos ansiosos?
(Señora noche)
¿i si todo espejismo?
(Señora búfala)
¿i si todo mentira?
¿isisolo nada?
i si...i si...i si...i si...¿si?.

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